¿EUROEXIT?
Europa está conmocionada con el resultado del referéndum. Mejor dicho, las autoridades europeas están que no salen de su asombro. Y yo, que soy una persona de a pie, me digo: ¿pero esta gente qué se pensaba, que iba a ganar el sí? ¿No conocen quizá el sentimiento indentitario y hasta excluyente que albergan los ingleses en sus corazones?
Decía esta mañana John Carlin, periodista inglés, hijo de escocés y de española, en la Cadena Ser, que desde niños a los ingleses les inculcan el que son superiores a los demás. ¿Qué pretendía el señor Cameron, cuando decidió convocar este referéndum? ¿Solucionar sus problemas internos o pasar a la posteridad?
Existen distintos tipos de políticos: los listos, que saben lo que conviene hacer en cada momento y no suelen equivocarse mucho; los inteligentes, que se creen que solo ellos saben lo que conviene hacer según el momento y se equivocan más de la cuenta; los que no tienen la menor idea pero se dejan asesorar por gente inteligente y son los más efectivos y los que sin tener idea de lo que hay que hacer, quieren pasar a la posteridad, aunque para ello cometan un gran atropello. De entre estos últimos tenemos varios ejemplares: los más significativos, según mi punto de vista, son el trío de las Azores y el señor Cameron. Sin que nadie se lo pidiera, sin necesidad alguna de hacerlo, decidió jugar la carta del referéndum y le ha salido mal: ha tenido que dimitir. (De los otros mejor no hablar.) Claro, que esto es desde el punto de vista personal, porque desde el punto de vista nacional y europeo, el desastre es grandioso.
Aunque, puestos a reflexionar, ¿qué sucedería en España, Grecia, Portugal o Italia, si se convocara un referéndum como en Inglaterra? No podemos saberlo pero me atrevería a decir que ganaría el no a la Unión Europea. Y la razón para mí es muy sencilla. El pueblo llano no nota que pertenecer a la Unión Europea le beneficie. Se podrá aducir que hemos recibido ayudas para mejorar nuestras estructuras, que nos han dado cantidades ingentes de dinero… Sí, pero lo que el señor de la calle nota es que, desde que existe “el euro”, las dificultades económicas para los más débiles han sido mayores. Y que quien manda en definitiva es la señora Merkel o el FMI o “vaya usted a saber” y no los políticos que elegimos en nuestros respectivos países.
Y además, la gente de a pie se pregunta: cuando ha llegado la crisis, ¿cuál ha sido la primera preocupación de Bruselas? ¿Salvar a las familias griegas, españolas, portuguesas, italianas… en dificultades o a los bancos (fundamentalmente alemanes y franceses) que eran los que había prestado dinero a los países endeudados, o sea, los países referidos? ¿Les ha preocupado que la gente perdiera sus casas, sus ahorros de toda una vida? Está claro que no.
No me ha sorprendido, por tanto, el voto afirmativo a la salida de Inglaterra de Europa. Lo que me sorprende, como a muchos analistas más entendidos que yo, es el tipo de Unión Europea que están creando estos señores que andan por las alturas y que, por cierto, viven como príncipes a costa del erario de cada país.
Y que va siendo hora de que vayan pensando en reorganizar esta mal llamada “unión europea”, porque de UNIÓN tiene muy poco.