¿CABALGATA DE REINAS MAGAS?
Anoche me preguntaba yo qué habrían podido responder los padres cuyos hijos pequeños les hubieran preguntado por qué los Reyes Magos se habían convertido de pronto en Reinas Magas. Y la verdad, no se me ocurría qué se le puede contestar a un niño, cuando de lo que se trata es de mantener la ilusión del mismo mientras desconozca la verdadera realidad.
Creo que en este caso se ha obrado con muy poco sentido común, debe de ser por aquello del dicho popular de que “el sentido común es el menos común de los sentidos”. ¿Tan difícil es obrar con naturalidad y sencillez? ¿Hay que podar el árbol social? Seguro que sí, pero una cosa es podar y otra es arrancar de raíz. Se debe cambiar lo que sea necesario pero respetando lo accesorio. Y no pienso yo que sea necesario cambiar a los Reyes Magos por Reinas Magas.
¿Queremos que se solucione el problema del machismo y que se dote de dignidad a la mujer? Por supuesto que sí. ¿Deseamos que juegue un papel de mayor relevancia en la sociedad? Yo diría que es cada día más necesario que así sea. Ahora bien, ¿se logra lo cual cambiando tradiciones tan arraigadas, como es la cabalgata de los Reyes Magos? Pienso que no. Cambiar por cambiar no es la solución.
A alguien, (mujer, por cierto, de cuyo nombre no quiero acordarme) se le ocurrió insinuar que, si llegaban al gobierno, se podría suprimir la Semana Santa. ¡Y sobre todo en Andalucía! Fueron innumerables las voces que se levantaron contra ella. Y es que el peso de la tradición (no olvidemos que a veces es cultura) es muy grande.
Yo procuro no ser machista, a pesar de que la “tradición”, o sea, la educación recibida es a veces muy poderosa. Y me encanta que la mujer sea respetada y considerada como ser humano pleno de derechos. Pero este hecho que nos ocupa no es sinónimo de tal cosa, es más bien, la muestra de la estulticia con que a veces actúan los gobernantes.